Malacantoche

Un beso ficticio, el dulce desliz de tus labios sobre los míos, como la caricia de la brisa sobre mi rostro me acariciaste con tus fríos e inquietos dedos, acto simulado de la vida, falsos recuerdos e ilusiones vanas de algo que nunca sucedió, ni sucederá. Te amo aunque no nos conozcamos, aunque muera antes de sentirte.

Una mañana lluviosa como la de hoy, recuerdo con nostalgia como si fuera hace varios años el sabor café de sus labios y ropa mojada por la lluvia que nos tomó por sorpresa en el camino, al pie de la entrada de mi puerta en el viejo balcón, pude sentir como ella me abrazó, y se estiró para alcanzar mis labios mientras cerraba los ojos...

¿sabes viejo amigo? Estoy muy agradecido por haber disfrutado de nuestra amistad, que como pocas, pronta y desinteresada en ambos, siempre me dejaste que me apoyara de tu mano para alcanzar mis metas y cumplir mis compromisos. Y siempre estuve junto a ti escuchando tus sueños y sobreponiendonos a los golpes de la vida. ¿sabes viejo amigo? De éste golpe no me reponderé, disculpa mi sincero egoísmo, a veces solo quiero que permanezcas vivo aún ya estando muerto. Dejaste tu huella como los ríos cuando recorren su cauce. Dejaste tu cuerpo en el camino. ¿sabes viejo amigo? Sigues en el camino, vivi